Descubre las diferencias entre crédito y préstamo

A lo largo de la vida adulta es posible que, en algún momento, necesitemos dinero para cubrir alguna necesidad económica que nos pueda surgir.

Es probable que no contemos con los ahorros suficientes como para poder hacer el pago directamente y tengamos que pedir dinero prestado al banco para poder hacerle frente.

Es ahí cuando surgen las dudas… ¿qué cantidad? ¿a cuánto tiempo? ¿qué intereses? Y, otra fundamental… ¿crédito o préstamo?

Desde Cetelem queremos explicarte cuáles son las principales diferencias entre un crédito y un préstamo, para que sepas, exactamente, qué es lo que necesitas.

Así que ¡adelante! Te lo ponemos fácil.

Principales diferencias

  • El abono

La principal diferencia entre los créditos y los préstamos es el sistema en el que se abonan.

Un préstamo es una operación financiera en la que una entidad bancaria concede a una persona una cantidad de dinero en concreto. Dicha cantidad se entrega por completo al inicio de la operación. Por lo que se debe disponer de la totalidad para realizar el pago.

Un crédito, por el contrario, es una operación financiera en la que el banco concede un límite máximo de dinero y el cliente puede ir disponiendo de la totalidad según vaya necesitándolo.

  • El importe

Esta es otra de las diferencias existentes entre uno y otro.

Las cantidades que se pueden solicitar son muy diferentes, por lo que marca incluso la necesidad de contratar uno u otro.

Los préstamos son para aquellas personas que necesitan una cantidad de dinero bastante elevada, por lo que suelen concederse para comprar viviendas, hacer obras, adquirir un vehículo…

Por su parte, los créditos son por importes inferiores, para cubrir necesidades que requieran de una cantidad de dinero mucho más baja.

  • El plazo máximo

Otra gran diferencia entre un crédito o un préstamo bancario es el plazo máximo por el que se conceden.

El préstamo pacta a devolver en un plazo de tiempo máximo y con unas cuotas preestablecidas en el momento de la contratación. Es a largo plazo y sus pagos son mensuales. Desde el primer mes de contratación, se pagan las cuotas fijadas más los intereses establecidos por la totalidad del importe.

El crédito variará en función de las necesidades del cliente, pudiendo escoger entre pagarlo con una cuota fija mensual, en su totalidad por el importe utilizado o bien en porcentaje según el dinero a devolver. Por lo tanto, los intereses se abonarán según el importe que se haya hecho servir, y nunca sobre la totalidad del crédito concedido.

  • La renovación

Es importante recalcar que el préstamo sólo se contrata una vez. Cuando se solicita el dinero y su finalidad es cuando se cumpla el plazo establecido o si se hacen amortizaciones previas por el importe total. Por lo tanto, la vida del préstamo viene establecida desde un inicio.

En el caso de los créditos, la renovación podrá ser anual si así lo solicita el cliente y lo acepta la entidad.

  • Las comisiones e intereses

Otra gran diferencia entre los créditos y los préstamos son las comisiones y los intereses, así como las condiciones legales de unos y otros.

Los préstamos están pactados, entre la entidad y el cliente, con unas comisiones específicas (comisión de apertura, comisión de amortización anticipada, de cancelación…) y están sujetos a una normativa legal específica.

Los créditos, por su parte, están sujetos a tipos de interés diferente, más elevados, y con comisiones diferentes a las que tienen los préstamos.